Rochester, Minnesota - ¿Cuál medicamento antiplaquetario es mejor después de un estent coronario? El Estudio de la terapia antiplaquetaria adaptada a la medida para disminuir los resultados después de la intervención coronaria percutánea (TAILOR-PCI) examina si recetar medicamentos para el corazón según el genotipo CYP2C19 del paciente ayudaría a prevenir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, anginas inestables y muertes por motivos cardiovasculares en los pacientes que se someten a una intervención coronaria percutánea (PCI, por sus siglas en inglés), comúnmente conocida como angioplastia.

El TAILOR-PCI empezó en el 2013 con grupos de estudio en 15 hospitales de Estados Unidos, Canadá y Corea del Sur que planificaban inscribir a 5270 pacientes acaba de recibir otros 7 millones de dólares del Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés), perteneciente a los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) para terminar el estudio. Actualmente participan 29 centros médicos y piensan adherirse más pronto. La comparación aleatoria del Plavix (bisulfato de clopidogrel) y de la Brilinta (ticagrelor) fue iniciada por el Centro para Medicina Personalizada de Mayo Clinic y el Departamento de Enfermedades Cardiovascular de Mayo Clinic, en colaboración con el Centro Cardíaco Peter Munk de la Red Universitaria de Salud en Toronto y Spartan Bioscience en Ottawa.

“El subsidio de NHLBI valida la importancia de la siguiente pregunta que necesita responderse: ¿sirve la farmacogenómica para recetar la terapia antiplaquetaria personalizada después de la intervención coronaria percutánea?”, dice el Dr. Naveen Pereira, cardiólogo de Mayo Clinic e investigador principal del TAILOR-PCI. “El estudio dirá si este gen desempeña una función importante en la determinación de la respuesta a la terapia antiplaquetaria después de las intervenciones coronarias”, añade.

El Dr. Michael Farkouh, cardiólogo del Centro Cardíaco Peter Munk de la Red Universitaria de Salud e investigador principal, describe este gran y simple ensayo como “una verdadera colaboración multinacional creada para informar mejor a la práctica clínica”.

El Dr. Yves Rosenberg, funcionario para el estudio por parte del programa NHLBI y director de la Rama de Aterotrombosis y Arteriopatía Coronaria, añade lo siguiente: “Al NHLBI le complace mucho sustentar este importante estudio que se espera contribuya a las pruebas necesarias para empezar a brindar medicina de precisión en el entorno clínico. Este ensayo puede conllevar una repercusión mundial gracias al potencial cambio en las recomendaciones para el tratamiento de millones de personas con arteriopatía coronaria que necesitan terapia antiplaquetaria después de una intervención coronaria percutánea”.

Sin embargo, después de realizadas la mayor parte de las 600 000 angioplastias anuales de Estados Unidos, la pregunta cara y potencialmente mortal todavía queda sin respuesta, y la norma actual de la atención médica posterior a la angioplastia es de recetar clopidogrel durante un año.

“Así se hace hoy en día, sin tomar en cuenta el genotipo personal, aunque durante años se ha sabido que la variación en el gen CYP2C19 puede disminuir los beneficios del fármaco. Lo que no se sabe —y es la razón de tanta confusión en la comunidad cardiovascular— es si esas diferencias genéticas afectan el resultado clínico a largo plazo”, anota el Dr. Pereira.

Los medicamentos antiplaquetarios disminuyen el riesgo de ataque cardíaco, angina inestable accidente cerebrovascular y muerte cardiovascular después de la colocación del estent porque reducen la posibilidad de que se formen coágulos sanguíneos en el sitio quirúrgico.

No obstante, el clopidogrel no surte efecto sino hasta que la enzima hepática CYP2C19 metaboliza el fármaco a su forma activa. Algunos medicamentos alternos, entre ellos el ticagrelor, no requieren ser activados mediante la misma vía genética. El Dr. Pereira explica que el ticagrelor conlleva sus propios riesgos, entre los que se incluye a sangrados graves o mortales. Además, el ticagrelor cuesta aproximadamente 6 a 8 veces más y debe tomarse dos veces al día, a diferencia del clopidogrel.

“Es importante responder esta pregunta para que la atención médica del paciente sea la más adecuada y la mejor; además, eso ayudará a médicos y pacientes a usar de manera más responsable los dólares destinados al cuidado de la salud” observa el Dr. Chet Rihal, jefe de Servicios Cardiovasculares de Mayo Clinic y director del estudio.